2.5.14

Horizonte Confundido · Entradas › Todas (75)

Nunca escribiré lo que quiero porque seria intentar poseer, nunca  describiré lo que amo porque seria perder la sin razón y dejar vació el sentido... sin embargo puedo deletrear deseo con una y mil letras sin dar concreto, ni sentido y ni reflexión...

…. me puedo olvidar de todos los malos momentos; convertir en virtud defectos. Desterrar la vulgaridad aunque sólo sea un momento y sentir que no estamos muertos. No es placer: es necesidad, es viento, es lluvia y es fuego….derramar todos mis secretos.
Y busqué en el fondo del mar, en las montañas y en el cielo la manera de hacer realidad mis sueños.  Encontré en el corazón el mapa de los sentimientos. Ya lo ves... no estaba tan lejos. No es placer: es necesidad, es viento, es lluvia y es fuego….derramar todos mis secretos. Esnifar los rayos del sol y descongelar el cerebro…y sentir que no estamos muertos…

… deseo a cuerpo vivo, con pasión y lujuria,  deseo escondido y penetrado en y de impúdico delirio... deletreo obsceno de mentalidad plegada a la piel, con cada cana, con cada minuto, con cada palabra... deletreo de amor sin principios….

... deletreos tendidos en un tiempo que se sucede con la lentitud del pensamiento… de instantes furtivos que acosan a la razón... de momentos miel quebrados a fuego piel... de caricias incendio en delirios inagotables… de húmedo derramado gota a gota en la ilusión… de nada y de todo… de intenso escarchado sobre todo lo desdibujado...

... deletreos que despiertan al rumor de melodías encontradas... deletreos de palabras que nadie pudo borrar...


Pablo Neruda

Llénate de mí
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. 
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.

Pero siento tu hora,
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
No, no quiero ser esto.
Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
Así crucificaron mi dolor una tarde.

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
Debe participar de lo que toca,
debe ser de metales, de raíces, de alas.
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.

No puede ser, no puede ser.
Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra?
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada.
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.
Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
inundando las tierras como un río terrible,
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,
destrozando,
quemando,
arrasando
como una lava loca lo que existe,
correr fuera de mi mismo, perdidamente,
libre de mí, Curiosamente libre.
¡Irme, Dios mío, irme!

 
;